Uno cree que no hay nada mas terrible que a alguien se le muera un hijo, pero de hecho, si lo hay.
La señora de la esquina se esta quedando pobre, esa que vende pan y, a la que se le murió uno de sus dos hijos la semana pasada, atropellado. Yo creo que como llora todo el día,incluso cuando amasa, el pan le empezó a quedar salado, y la gente ya no quiere comprarle. Ahora no tiene plata para mantener a Carlitos, el hijo que le queda...el que cruzó la calle un poco más rápido que el otro.
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