Ella no pisa ni un huevo cuando camina...
en realidad ni pisa,
no mira,
menos saluda..
como podría hacerlo si ese lugar le quito algo más que la sonrisa.
me siento como el discipulo de pai mei a la hora de la cena...
con sangre real en los ojos
sangre en la cara
sangre en las letras
sin ganas, débil
con pena.
Quiero ver al gordito, al flaquito, al borracho, al niño, a la niña, a la wawa,
al que le crece el enojo cada vez que respira,
a la que le da al cuerpo todo lo que le pide,
a la ropa olorosita que se oculta entre la hedionda,
a chispita,
a bambi,
quiero aplastar las rosas que estan en mi cama,
quiero lavar los platos,
quiero morir allá por último... pero no aquí.
Que hace una mujer como esa cuando se siente amenazada?.. hace que una irresponsabilidad parezca un accidente, sí, eso hacen esas...
y que hacemos las otras?.. nada, algunas tragan vidrio, yo no puedo.. a mí me queda en la garganta.
..sí, pierdo la noción del sonido y del tiempo, después corro con desesperación de no poder seguir corriendo,
con una angustia de que mis pies no estén tan desesperados como yo,
con miedo a no sé que si ya no me importa nada más.