me siento como el discipulo de pai mei a la hora de la cena...
con sangre real en los ojos
sangre en la cara
sangre en las letras
sin ganas, débil
con pena.
Quiero ver al gordito, al flaquito, al borracho, al niño, a la niña, a la wawa,
al que le crece el enojo cada vez que respira,
a la que le da al cuerpo todo lo que le pide,
a la ropa olorosita que se oculta entre la hedionda,
a chispita,
a bambi,
quiero aplastar las rosas que estan en mi cama,
quiero lavar los platos,
quiero morir allá por último... pero no aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario