lunes, 15 de febrero de 2010

me siento como el discipulo de pai mei a la hora de la cena...

con sangre real en los ojos

sangre en la cara

sangre en las letras

sin ganas, débil

con pena.

Quiero ver al gordito, al flaquito, al borracho, al niño, a la niña, a la wawa,

al que le crece el enojo cada vez que respira,

a la que le da al cuerpo todo lo que le pide,

a la ropa olorosita que se oculta entre la hedionda,

a chispita,

a bambi,

quiero aplastar las rosas que estan en mi cama,

quiero lavar los platos,

quiero morir allá por último... pero no aquí.

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