viernes, 24 de septiembre de 2010

El caballo de juguete no hace sentido,

no por estar en contra de la eternidad de la belleza y los principios,


mucho menos cuando plantea un rechazo antes las leyes de la lógica y la inmovilidad del pensamiento.

Estos caballos sienten la libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, lo aleatorio, la contradicción, defienden el caos frente al orden y la imperfección frente a la perfección.

Sueñan un
anti-arte de protesta, del shock, del escándalo, de la provocación,

Pero cometen un grave error al basarse en lo carente de valor.

Sí, podría darles una cátedra sobre la catatonia, aún estando ausente en este momento.

Suena casi bonito aquello de la víctima de la imaginación,

suena estúpido que ese tipo quiera estar toda su vida oyendo,

pero aún mas ridículo que afirme el goce, el consuelo...

típico discurso de ese que anhela encontrarse medio tocado por una luz retorcida,

asquerosa.


Ahora que la niña pudo divisar al monstruo de los ojos azules, el más común de todos,

prueba una ligera amargura que se desvanece con los minutos.

Si esto fuese único, nos econtraríamos con una perra mal agradecida...

en lugar de eso, nos enfrentamos a una imagen.









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